Reflexiones para celebrar el Día Internacional del Marketing

El 4 de noviembre se celebra día Día Internacional del Marketing. Aprovechamos esta jornada para compartir una reflexión desde Yerba Buena: ¿qué es el marketing? ¿Cómo lo entendemos nosotros?

Para nosotros, es la parte de la empresa que orienta la organización al cliente. Y en el caso de las agencias, como la nuestra, tienen como misión dirigir a las marcas a sus clientes. Orientarlos a ellos.

Peter Drucker lo resumió con una frase que conviene leer despacio: el propósito de la empresa es crear un cliente. No un clic, no una métrica: Es por tanto, desarrollar un vínculo que además sostendrá a la organización en el tiempo.

Theodore Levitt nos advirtió del miopismo: olvidar “en qué negocio estás” y confundir el medio con el fin. El trabajo en la agencia no debería estar basado en algoritmos ni formatos; acompañamos decisiones humanas, que deben basarse en unos cimientos sólidos, que una vez más, nos deben llevar antes de formularlos a mirar al cliente. La pregunta de Levitt —¿en qué negocio estás realmente? (y con ello, ¿quién es el comprador?) sigue siendo un antídoto contra la prisa, la moda y la inmediatez que también nos está empapando en el día a día en nuestro trabajo en agencias.

¿Cómo se consigue esto?

Pensando bien antes de actuar. Parece obvio pero vivimos en tiempos para la prisa, también en las agencias.  Y para esto, hay que empezar con una pausa, mirando atentos al detalle, abiertos a lo que dicen las personas, lo que muestra la competencia y lo que revela la conversación en internet y en la vida real de las marcas.

Digamos que no solo son un conjunto de técnicas o una estrategia que surgen sin más, es antes de nada, una actitud, un método de trabajo y un enfoque ético: Atender sin cosificar, sin convertir al otro en un “objeto de conversión”. Y si se ha andado bien los caminos, ahí surgirá la “magia” de la confianza y la fidelización, que tanto se busca.

En resumen, ¿cómo nos gusta que sea el marketing?

Una práctica de orientación al cliente que piensa antes de hablar, que mira el detalle y acepta ir al ritmo que permite comprender. Un oficio que evita la miopía de confundir tendencia con necesidad. Un ejercicio de diálogo que deja que el contexto matice el plan.

Si, como sugiere Kotler en Marketing 3.0, las marcas también responden a aspiraciones sociales, entonces el marketing no es solo persuasión, sino posición: qué valores llevas al mercado, cómo te haces responsable del impacto de tus mensajes y decisiones.

Un poco más sobre la ética dentro del marketing

La profesión tiene marcos explícitos. El Statement of Ethics de la AMA reúne valores que suenan elementales y, sin embargo, son exigentes: honestidad, responsabilidad, justicia, respeto, transparencia, ciudadanía. Convertidos en práctica, significan: no hacer daño, sostener la integridad del ecosistema, rendir cuentas más allá de la campaña.

Traducido a nuestra forma de trabajo en Yerba Buena, podemos decir que la aplicamos bajo estos parámetros:

• Abriendo todos los canales para escuchar,  también lo que no queremos oír.
• Atender sin atajos retóricos: claridad antes que jerga.
• Respetar límites y tiempos: no todo vale por la métrica.
• Ser transparentes: si algo no conviene, se dice.
• Pensar: ¿estamos en la línea correcta para llegar —de verdad— a la persona?

Y para cerrar

Celebrar el Día del Marketing, para nosotros, es recordar que orientar a la organización al cliente es una promesa seria. No es seguir a la masa ni levantar la voz; es dotar de personalidad y actitud receptiva a las marcas que confían en nosotros. Escuchar primero. Y, solo después, hablar con sentido.